Actualmente, en Chile muchas fuentes hídricas naturales ―tales como ríos, esteros, lagos y acuíferos― tienen problemas de sobre extracción, principalmente aquellas más escasas en agua, como las del norte y centro del país. En algunas, el agua no alcanza para los requerimientos ecosistémicos, cubrir el consumo humano o existen conflictos entre los usos productivos, en otras el agua abunda sin que se pueda extraer. Los problemas anteriores son multicausales, pero se relacionan con los derechos de aguas y su lenta reasignación hacia las necesidades que generen mayor bienestar. Parte de la solución es dinamizar los mercados de aguas, con foco en la sustentabilidad y cooperación público-privada.
La sustentabilidad en recursos hídricos se puede resumir en que el agua esté limpia y alcance para todos, incluidos los ecosistemas. La cantidad posible de extraer se regula con la emisión y tenencia de derechos de aguas, a objeto de evitar un uso indiscriminado. Cuando no quedan aguas disponibles en un río o acuífero, no se deben constituir nuevos derechos y el mercado debiera funcionar como ‘el’ mecanismo de reasignación del recurso hídrico. Este sistema suele fallar, dado que a veces se otorgan derechos de aguas más allá de lo sostenible y, en otras ocasiones, no se produce una reasignación rápida ni óptima.
Para corregir las fallas es necesario que tanto el Estado como los privados, en favor de cumplimientos ambientales, ingresen a los mercados y adquieran derechos de aguas para que el primero pueda razonadamente: extinguir derechos, cuando la fuente esté sobre otorgada; constituir caudales ecológicos, especialmente en cuencas donde se entregaron todos los derechos antes de que existiese esta obligación; reasignar hacia agua potable rural, comunidades indígenas y/o pequeños emprendedores que no puedan acceder al mercado por sí mismos; e incluso almacenar agua en embalses o recargar acuíferos. La reasignación dinámica y racional de derechos de aguas es clave para evitar conflictos por el recurso.
Actualmente existe la propuesta de hacer aún más severa la patente por no uso de derechos de aguas, con objeto de promover la reasignación. A juicio de Compragua.cl no es buena idea endurecer cobros por no uso que se aplican a un conjunto menor de derechos, sistema que además incentiva el uso en zonas de escasez, como Petorca. Es una mejor idea promover el pago de contribuciones para el universo total de derechos de aguas, independiente que se usen o no. Esto promoverá más eficientemente la reasignación entre los distintos sectores usuarios y generará más recursos financieros que la patente por no uso, dineros que el Estado podría orientar a la sustentabilidad hídrica y a dar más acceso al agua.