Este mes comenzó a regir la tarifa de punta en consumo de uso de agua potable en 12 regiones de nuestro país, desde Arica y Parinacota hasta La Araucanía, con el fin de incentivar el uso eficiente de este recurso, peligrosamente escaso por estos días. Se trata de una medida anunciada por la Superintendencia de Servicios Sanitarios que se extenderá hasta marzo, afectando principalmente a las familias chilenas.
Creemos que este "desincentivo" no es muy efectivo para mejorar la disponibilidad del recurso, puesto que el sector sanitario representa solo el 6% del consumo de agua en Chile. En efecto, la mayor extracción del recurso desde las fuentes naturales es liderada por los sectores agrícola (80%) y minero-industrial (13%). Por tanto, resulta necesario buscar un justo equilibrio con responsabilidades compartidas, donde los mayores consumidores de agua tengan más responsabilidad con el ahorro del recurso. La respuesta no está tan lejos y guarda relación con la postergada implementación de contribuciones por la simple tenencia de derechos de aguas, tal como ocurre con los bienes raíces. Con las actuales tarifas, algunas comunidades u organizaciones quizás deban plantearse adquirir su derecho de aguas e implementar un sistema particular de agua potable y saneamiento, lo que puede significar un gran ahorro.